CONVIVIR CON ANSIEDAD
Últimamente he estado pensando mucho en el maestro comediante George Carlin, ya fallecido, porque me siento muy identificado con su historia personal. Él comenzó subiéndose al escenario con el objetivo de arrancarle risas al público, y tuvo un éxito muy modesto. Con los años, él notaba muchas cosas de su entorno que le molestaban, que veía que estaban mal, pero parecía que nadie lo notase o le importara. Con el tiempo, Carlin empezó a usar el escenario como una manera de sacar fuera todas esas cosas. Se convirtió en algo muy distinto a un comediante, se convirtió en un filósofo, en un crítico, en un predicador y, en sus propias palabras, en un "viejo cabrón".
Yo he ido descubriendo que mi verdadera vocación es hablar de las cosas de las que nadie habla. Me han dicho que tengo talento para escribir, no sé si creérmelo, pero eso no es lo importante. Quiero hablar de todo lo que es incómodo, de lo que da vergüenza, de lo que te hace raro. Creo que eso es lo único que de verdad puede servir para mejorar el mundo. Barrer y meterlo todo debajo de la alfombra para que todo parezca limpio no arregla nada.
Una de esas cosas de las que nadie habla, el tema de esta publicación, es la ansiedad. Es otra de esas cosas que la gente no va contando por ahí a la ligera. Hace un par de días, una persona me dio una lección de humildad de esas que te obligan a agachar la cabeza y me di cuenta de que nos pensamos que las vidas de los demás son perfectas, pero cuando indagas un poco, te sorprendes. Yo sufro ansiedad desde hace años. Hay gente que no sabe ni que le ocurre a ella, hay gente que solo tiene una vaga idea de lo que es.
Ansiedad es sentirte agitado. Te sientas en el sofá a ver la tele y la apagas en menos de un minuto. Y te vas al PC a mirar el Facebook, y lo mismo. Te vas a la cocina a hacer la colada, pero después de doblar un calcetín, vuelves al PC y te pones a ver un vídeo de YouTube. Cortas el vídeo pasado un minuto.
Ansiedad es estar preocupado, no dejar de pensar, sentir que hay un peligro. Siempre se trata de un peligro de la mayor gravedad. Para unos, el peligro de sufrir un infarto. Para otros, puede ser que los despidan del trabajo, tener cáncer, ser detenido por la policía, que tu hijo se quite la vida... Esa preocupación te parece totalmente real. Cuando estás así, te conviertes en vidente: sabes que va a ocurrir, que es inminente y que es inevitable.
Ansiedad es tener alterada tu percepción de la realidad. Un minuto te puede parecer una hora. El sufrimiento que experimentas puede llegar a ser tan devastador, que tu máxima prioridad se convierte en aplacarlo como sea. Algunas personas usan las drogas, el alcohol, el sexo, el juego... el suicidio. Eres como un yonky desesperado por una dosis, pero no de heroína, sino una dosis de paz. Harías cualquier puta cosa con tal de hacer que el dolor parara. Cuando para, muchas veces te sientes culpable por lo que puedas llegar a haber hecho. Quizá le prometiste a tu mujer que no volverías a tocar una botella. Tal vez perdiste jugando los ahorros para la universidad de tu hijo. La historia de cada uno es diferente pero, al mismo tiempo, siempre es igual. No es que la persona no sepa que eso que hace no se debe hacer, sino que su única preocupación en esos momentos es hacer que el dolor pare. A veces, es un dolor y un miedo tan intenso, que puede hacer que un hombre fuerte, de 90kg con un brazo como King Kong se esconda debajo de la cama y se ponga a chuparse el dedo pulgar mientras se hace pis encima.
La ansiedad no es una enfermedad, es un síntoma, de la misma forma que la tos es un síntoma de la gripe. Hay gente que se toma pastillas toda la vida para lidiar con ella. La medicación tiene su papel, pero debe usarse para sobrevivir mientras resuelves el problema real de fondo. La medicación debe ser una muleta, pero nunca una prótesis.
Yo he recolectado mi propio compendio de consejos sobre qué hacer cuando te dan ataques de ansiedad. La primera es no esforzarse por pararlo. El esfuerzo mental te desgasta más y solo agrava el problema. Descuida, no te va a dar ningún infarto, así que no te preocupes por ese tema, ya que solo te va a dar más ansiedad. Pide ayuda. Cuéntale a tu entorno lo que te pasa, dales instrucciones sobre cómo pueden ayudarte. No te apetece salir a la calle, lo sé. No quieres que nadie te vea y crees que no va a servir de nada. En ese momento, lo ves todo negro, nada tiene solución. Pero sal a la calle, respira aire. No fuerces tu mente a intentar encontrar una solución a ese peligro que crees que te está acechando, entiende que no es real y simplemente deja que pase. Cuando tu cabeza te diga "no, no puedo dejar esto de lado, este peligro es muy grave y va a acabar conmigo, así que tengo que solucionarlo ya", frénate. Recuerda que no es real. Preocuparte solo hara que ese hombre del saco parezca aún más aterrador. Trata de elegir la manera más sana de enfrentarte a ello y de no hacer nada que te pueda conducir al arrepentimiento. La vida es una línea de una sola dirección, el pasado no lo vas a poder cambiar y tendrás que vivir con aquello de lo que te arrepientas.
Y recuerda: tú no tienes ni idea de cómo es la vida de los demás en realidad. Te sorpendería saber a cuánta gente le ocurre esto. Por eso me gusta hablar de aquello de lo que nadie quiere hablar. Me crea la ilusión de que puedo cambiar el mundo un poquito.
Gracias a mis lectores. No sería igual sin vosotros.
Muy buen artículo...muy bien detallada la nauseabunda ansiedad....una lacra con la que he tenido que aprender a convivir...una dama que me acompaña desde hace años...
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Te recomiendo practicar la meditación de Schultz. Encontrarás los audios de sus 7 etapas fácilmente en YouTube, y si no, ya te los busco yo. Yo la practico todas las noches, y es algo que, a pesar de que ofrece efectos inmediatos, a largo plazo minimiza enormemente esta nauseabunda ansiedad, como tú la llamas. Saludos cordiales.
EliminarMuy cierto todo lo que expones, no lo he vivido de esa forma personalmente pero sí de muy cerca y es tal como lo describes. Espero que ayudes a mucha gente que convive con la ansiedad.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Eso es lo que intento: transmitir lo que he aprendido para ayudar a los demás. Saludos cordiales.
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