LIBERTAD DE EXPRESIÓN

La libertad de expresión, esa gran prostituta que lo mismo se va a debatir ideas, que a cagarse en los muertos de algún pobre desgraciado que no te haya caído demasiado bien. ¿Qué es eso de la libertad de expresión? ¿Para qué sirve? ¿Cuáles son sus límites, si es que los tiene?

George Orwell dijo: 

"Libertad de expresión es poder decir lo que la gente no quiere oír."

¿Existe tal cosa? Supongamos que yo te digo, no sé... que tus hijos me parecen feos, o que creo que eres una persona despreciable. ¿Serías capaz de respetar mi presunto derecho a la libertad de expresión? ¿Y si subimos el listón? ¿Que ocurriría si yo dijera que los negros son escoria humana, que la mujer debería estar encerrada en la cocina y que ojalá que Hitler resucitara de entre los muertos? ¿Estarías dispuesto a respetar esas opiniones? Por supuesto que no.

El ser humano no está preparado para ello. Las personas tienden a confrontarse con todo aquello con lo que no comulguen. Empezaríamos a hablar de los "límites de la libertad de expresión", de que puedes decir esto y aquello, pero lo otro no. ¿Existe realmente la libertad de expresión si ésta se encuentra limitada? Además, ¿quién pone los límites y bajo qué criterio? ¿Cómo decidimos qué permitir y qué censurar?

Ante todas estas preguntas, me resulta inevitable no acudir al imperativo categórico de Immanuel Kant, que dice así:

"Obra sólo según aquella máxima por la cual puedas querer que al mismo tiempo se convierta en ley universal."

Y todo esto me lleva a pensar que el principio de la libertad exige un requisito: la responsabilidad. Porque la libertad sin responsabilidad no es tal, sino que es libertinaje, que es algo muy distinto. Cuando uno se expresa de manera irresponsable, está prostituyendo el significado de la libertad de expresión. ¿Y de qué manera podemos estar seguros de que estamos siendo responsables con las cosas que decimos? Antes de hablar, pregúntate a ti mismo si aquello que vas a decir va a mejorar el mundo o empeorarlo. Pregúntate si quieres ser una fuente de armonía o de caos.

Si no lo haces, la libertad de expresión no es más que un unicornio. Todos sabemos que un unicornio es un caballo, normalmente de color blanco, que tiene un cuerno en la frente. Pero, si sales a la calle a buscar uno, puedes andar y andar hasta caer rendido sin llegar a encontrarlo jamás. Y eso es porque los unicornios, al igual que la libertad de expresión, no son más que ideas que solo existen en el pensamiento y que no tienen un referente en el mundo real.

Esto significa que, al igual que los unicornios, la libertad de expresión es una idea muy bonita... pero que no existe. No tienes libertad de expresión. En todo caso, tienes el privilegio de, en ocasiones, y según con quién, poder decir lo que piensas. No podemos aspirar a nada mejor. Asúmelo y vivirás más feliz.