MARKETING POLÍTICO Y FRACTURA SOCIAL



Tratad de hacer el ejercicio mental de ver a los partidos políticos, no como gestores del Estado, que aplican medidas economicosociales para regular el funcionamiento del país, sino como empresas. ¿Qué hace una empresa? Vender. Lo que nos venden los partidos políticos no son otra cosa sino ideas y valores. Para entender la política, yo siempre recomiendo el libro "Las 22 leyes inmutables del marketing", de Al Ries y Jack Trout. Y precisamente voy a tratar de explicar la política usando un concepto de marketing denominado "segmentación".

¿Qué es la segmentación? Tomemos como ejemplo el producto de marketing por excelencia, que no es otro que el agua mineral. Imagináos un manantial cualquiera, del que varias empresas extraen agua con el fin de comercializarla entre los consumidores. Imagináos a los consumidores de agua mineral como un conjunto homogéneo. Al fin y al cabo, todos son personas y todos ellos beben agua. A este conjunto lo denominaremos "tarta".

Hay una primera empresa que crea una botella con formas curvas y una etiqueta de color rosado en la que aparece una mujer embarazada. Cuando tú ves esa botella en las estanterías del supermercado, inmediatamente acabas convencido de que ese agua tiene una concentración de minerales que es muy beneficiosa para la gestación del bebé. Y es en ese momento cuando hemos cortado un trozo de la tarta, al que vamos a llamar "tarta para premamás".

Una segunda empresa crea una botella con formas aerodinámicas, con un tapón que evita el vertido accidental del agua y con una etiqueta azul en la que sale un deportista corriendo. Tu mente te dirá que ese agua tiene la cantidad necesaria de minerales para que tu cuerpo se recupere después del ejercicio físico. Así que ya tenemos la "tarta", la "tarta para premamás" y la "tarta para deportistas".

Y tenemos una tercera empresa que crea una botella con una forma bastante corriente y con una etiqueta de color verde, con un pino o un roble y un logo enorme de reciclaje. Ahí vas a pensar que esta empresa está concienciada con el medioambiente, que quiere cuidar el planeta. De modo que ya tenemos la "tarta", la "tarta para premamás" y la "tarta para deportistas" y ahora, la "tarta para ecologistas".

Y seguimos así con cada nueva empresa que quiera llevarse un trozo de la tarta. Pero la realidad es que es exactamente la misma agua. Lo único que cambia es tu percepción sobre ella.

Los partidos políticos usan exactamente la misma estrategia. Nosotros, el electorado, somos la tarta. Y su trabajo es abrir debates, que de ninguna manera tienen un impacto real en nuestras vidas, para crear fracturas sociales, dividir a la población... cortar esa tarta. El movimiento feminista moderno (no el clásico, el de ahora) está pensado para dividir a la población entre "feminazis" y "machirulos". Las primeras se van con Unidas Podemos y los segundos, con VOX. El movimiento independentista catalán nos divide en "separatistas" y "unionistas", y ya sabemos qué partidos se llevan cada parte de la tarta. Y lo mismo con Franco (¡que lleva muerto 44 años y es trending topic!), con la corrupción, con la inmigración, tauromaquia, veganismo, etc.

El pluralismo político debería ser un síntoma de una democracia sana, de que hay muchos partidos políticos que representan un abanico muy amplio de ideas. Pero la realidad es muy distinta. En realidad, el pluralismo político es un síntoma de lo enferma que está nuestra sociedad. España está ahora mismo tan dividida, que es ingobernable. Cada español tiene al menos un motivo para odiar al resto de los españoles. ¿Te gustan los toros? Pues te odio. ¿Apoyas las falsas denuncias por violencia de género? Pues te odio. ¿Estás en contra de exhumar los huesos de Franco? ¡Pues te odio!

El español odia más que ama. Eso es algo que dijo Arturo Pérez-Reverte. Y tenía razón. La única realidad es que todos somos la misma agua que proviene de ese único manantial. Todos queremos tener prosperidad, que no se nos cause daño a nosotros ni a nuestros seres queridos, ser felices y comer perdices.

No os dejéis envenenar por todas estas artimañas políticas. En realidad, hay muy pocas cosas en la vida que realmente tengan importancia: la familia, los amigos, la salud y poco más.

Sed felices.




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