LA RUPTURA DEL TEJIDO SOCIAL


Llevo algunos días ausente del blog, por motivos personales, pero quiero retomar la publicación de mis artículos hablando de un tema que se sale un poco de la dinámica que he llevado hasta ahora. Creé este blog para hablar de todas esas cosas que he tenido que aprender para poder llegar al punto en el que ahora me encuentro. Y no todo va a ser política y sociedad. En esta entrada, voy a hablar desde el corazón e intentar transmitir una de las reflexiones que ha supuesto un antes y un después en mi crecimiento interno. Voy a mostrar una cara muy vulnerable de mi persona, pero creo que no podría estar más acertado al escribir sobre ello.

Comienzo citando una frase del actor Will Smith, que dice así:
"No tengas miedo de perder a personas, ten miedo de perderte a ti mismo intentando complacer a todos los que te rodean".
Al igual que todos los que me estáis leyendo, yo he perdido a gente a lo largo de mi vida. Descubrí el amor una vez y lo perdí. Cuando se rompió aquella relación de pareja que tanta felicidad me había dado, sentí, literalmente, como si me hubieran partido en dos con un hacha. Me habían arrancado una parte de mi ser. Y, durante un tiempo, me sentí cojo, incompleto. Los primeros días... me daba miedo pensar que iba a irme a dormir a la cama, y que esa cama estaría vacía. La experiencia es el peine que la vida te da cuando te has quedado calvo. He llegado a comprender que el único amor necesario, es el amor propio. Si te quieres a ti mismo, con compromiso, honestidad y autocrítica, no necesitas nada más. Ni siquiera el amor de un padre o de una madre puede sustituir el amor que debemos sentir por la persona que somos, por el sufrimiento que hemos tenido que atravesar para llegar a donde estamos.

Romper lazos con otras personas es una experiencia dolorosa, pero también es una gran oportunidad de evolucionar. Jamás aprendemos de nuestros éxitos, pero sí de nuestros fracasos. La vida consiste en aprender a levantarse después de haber caído. Cuando te caes, si te quedas en el suelo, no eres más que un fracasado, eres un paria. Más te valdría no haber nacido. Pero, si te levantas, eres un héroe, eres la planta que transforma su endeble tallo en un fornido tronco, inquebrantable, inamovible. Ni el viento, ni la lluvia, pueden jamás acabar contigo.

La vida es ese período de tiempo en el que nos debatimos entre olas de sufrimiento, que se alzan y luego caen. Y mientras nos zarandean de forma cruel, corremos el riesgo de llenarnos de rencor, de frustración y de odio. Es en ese momento en el que nos perdemos a nosotros mismos. Yo me he sentido perdido muchas veces en mi vida, y eso conlleva un terrible precio del que no nos percatamos. Cuando perdemos la paz interior, entramos en conflicto con todo lo que nos molesta, somos menos proclives a tender una mano amiga a quien lo necesita. Nos convertimos en islas y nos separamos de otros seres humanos y de la naturaleza misma.

Dicen que los imperios se rompen siempre desde dentro, nunca a manos de un enemigo externo. La vida es también ese período de tiempo del que disponemos para aprender a sublimar nuestro dolor y transformarlo en un aprendizaje que nos transporte de nuevo a ese estado de gracia en el que todo está en su sitio y todo está bien. Solo así podemos convertirnos en una fuerza positiva para el mundo, enfocarnos en aquello que nos une, en vez de lo que nos separa. Si perdemos esta batalla, estaremos propiciando la ruptura del tejido social. Pero si la ganamos, seremos capaces de hacer grandes cosas. Y no os equivoquéis: aquí estamos únicamente de paso. No duraremos mucho en este mundo y los años van pasando cada vez más rápido. Debemos estar preparados para cuando nos encontremos en nuestro lecho de muerte y esa terrible pregunta nos invada la mente y nos apuñale el corazón: ¿hemos sido una fuerza positiva para el mundo, o hemos malgastado el tiempo que teníamos estancados en el sufrimiento?

Empezad por queréos a vosotros mismos, y después, utilizad esa fuerza para que vuestro fugaz paso por el mundo haya merecido la pena.


Me despido por hoy con una cita del célebre poeta persa Yalal ad-Din Muhammad Rumi:
"Ayer estaba listo, así que quería cambiar el mundo. Hoy soy sabio, por lo que me estoy cambiando mí mismo".
Gracias a todos mis lectores, no sería lo mismo sin vosotros. Suscribíos al blog si queréis recibir novedades. No os llegará nunca spam desde aquí, simplemente os llegará un correo si hay nuevas publicaciones.

Comentarios

  1. Me ha gustado mucho es una gran verdad... Yo a veces no paro de reflexionar y eso me vuelve un poco majareta... La verdad

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  2. Hermoso mensaje el de este artículo, ojalá le llegue a mucha gente como me ha llegado a mi. Me ha traído el recuerdo de la letra de una canción de los años 60, cuyo estribillo decía así:
    "Resistiré, erguido frente a todo
    Me volveré de hierro para endurecer la piel
    Y aunque los vientos de la vida soplen fuerte
    Soy como el junco que se dobla,
    Pero siempre sigue en pie
    Resistiré, para seguir viviendo
    Soportaré los golpes y jamás me rendiré
    Y aunque los sueños se me rompan en pedazos
    Resistiré, resistiré ..."
    Espero y te deseo que la vida te traiga también muchos momentos de felicidad, que son los que nos dan la necesaria fuerza para resistir y seguir luchando.

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  3. Grandes verdades que nos afectan a todos. El apego. La necesidad de aceptación social. La culpa. Los errores cometidos en el pasado. El caer varias veces en un mismo error. El aislarte cuando lo pasas mal. Si nos centraramos en los aspectos de nuestra personalidad que si hemos mejorado a través de nuestras experiencias y en lo positivo que muchas veces tenemos y sacamos a la luz fomentariamos una sociedad mucho más tolerante, y con valores. El miedo ,la frustración y el pensar en las consecuencias sin marcarnos objetivos son la razón de que muchas personas tiendan a la depresión y baja autoestima y es ahí cuando la determinación, la voluntad , la autocrítica y el amor por nosotros mismos tienen que aflorar para sacar lo mejor de nosotros y dar sentido a nuestras vidas. Un buen artículo y una valentía excelsa al expresar la manera de sentir y los miedos del autor. La vida es un camino de rosas y espinas y nosotros elegimos por que camino deambular. Pero siempre para adelante. Mucha felicidad en la medida de lo posible para el resto de tus días y a seguir avanzando

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    1. Quedo tremendamente agradecido por tu comentario. Me ha gustado mucho tu reflexión.

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