¿CÓMO DISCUTIR CON UN PROGRESISTA?


Lo creáis o no, me están haciendo esta pregunta bastante a menudo. Creo que es una cuestión que da lo suficiente de sí como para reflexionar un poco y, por qué no, escribir una entrada en el blog. Yo pienso que la respuesta a esta pregunta no va a suponer ninguna diferencia, principalmente porque la pregunta es equívoca en sí misma. Todos sabemos cómo discutir con otras personas (entiéndase "debatir"), ese no es el problema. Todos sabemos que cada uno habrá de exponer su punto de vista acerca de un tema determinado y fundamentar su opinión de la forma más sólida posible hasta que la verdad salga a la luz. Ese no es el problema. El problema es qué hacemos cuando tratamos de discutir con un fanático al que no le interesa lo más mínimo la verdad, sino solamente la búsqueda narcisista de reafirmar su postura por cualquier medio. Y esto es importante de entender, no es gratuito. ¿Y por qué? Porque en la derecha también hay mucho fanático. Estadísticamente hablando, es imposible reunir a ningún grupo de personas bajo una misma bandera sin que entre ellos haya algún que otro fanático. El fanatismo es la seña de identidad del ignorante, del primitivo, del malvado.
"Nunca discutas con un imbécil, te hará descender a su nivel y allí te ganará por experiencia".
- Mark Twain.
Dicho esto, mi recomendación es que os alejéis de estas personas, cuanto más, mejor. Pero, si aún así seguís queriendo discutir, es mejor estar preparados. ¿Qué se puede esperar de una persona ignorante, primitiva y malvada? La sabiduría le da a uno humildad y le hace entender que puede que esté equivocado, con lo que es preferible escuchar más y hablar menos. Un ignorante, no. El ignorante siempre es el que más habla, ¿pero de qué va a hablar? Esta gente no va a hablar sobre ideas políticas, ni sobre economía o Historia, no lo va a hacer sencillamente porque no sabe. Lo que sí sabe es lo que no le hizo nunca falta estudiar. En todo momento y especialmente desde el primer momento, el fanático va a tratar de obtener una victoria moral sobre ti. Él va a esgrimir el argumento de que, debido a sus ideas, que ni él mismo entiende, él es una persona más válida que tú, más noble, más respetable. Va a decirte que eres un ignorante, que leas un poco y que te informes. Te va a decir también que no eres una persona inteligente, que eres poco menos que un simio. Y te va a decir que tu postura política te convierte en un facha/comunista, en un machista, un tránsfobo... un hereje. En definitiva: te va a decir que eres ignorante, primitivo y malvado, que es justo lo que es él. ¡Porque no nos equivoquemos, si no lo fuera, estaría hablando sobre política, economía o Historia, y no sobre ti! Si le damos cancha a esta dinámica de debate, ya habremos perdido. O al menos, no ganaremos.
"La invencibilidad radica en la defensa, la posibilidad de victoria radica en el ataque."
- Sun Tzu.
¿Cómo podemos evitar que nos atrapen en esta táctica rastrera? No será usando la razón, desde luego. Si no comprenden sus propias ideas, mucho menos van a comprender las tuyas, aparte del hecho de que no quieren comprenderte, sino que quieren destruirte. La solución radica en hacer con ellos antes lo que ellos querían hacer contigo. Si se declaran comunistas, señala el hecho de que los muertos del comunismo se cuentan en más de cien millones de personas y úsalo para retratarlos como simpatizantes de asesinos. Si se hace bien, pasarán el resto del debate defendiéndose, en lugar de atacándote. Sé perfectamente que esto es jugar sucio, pero también sé que dejar que te ataquen, en vez de tomar la iniciativa, es de estúpidos. Una vez estén contra las cuerdas, es el momento de exponer nuestras ideas de forma racional, sensata y coherente. Mientras se cumplan estas condiciones, no hay vergüenza alguna en reconocer que se desconoce algo o en admitir equivocaciones propias, eso es algo muy noble y muy difícil de hacer. Haciendo esto habremos ganado el debate, no con la violencia verbal, sino mediante la razón. Estaremos ganando en el terreno de batalla que el fanático había escogido contra nosotros y después llevando el debate a donde debería estar: en la discusión sobre las ideas, no sobre las personas que expresan dichas ideas.
"La peor pérdida de tiempo es discutir con el fanático al que no le importa la verdad o la realidad, sino sólo la victoria de su fanatismo".
- Anónimo.
Y esto no lo he inventado yo. Atacar a la persona, en vez de a sus ideas, es la falacia Ad Hominem de toda la vida. Invalidar a la persona para que, de forma indirecta, ninguna de las ideas que expresa tenga tampoco ningún valor. Siempre es un error tratar de establecer un razonamiento sobre una falacia, nunca se va a llegar a una conclusión que sea lógica y veraz. Una vez conseguimos encasillar al fanático y podemos expresar nuestro punto de vista libremente, el fanático no tiene argumentos para refutarte, ni tampoco puede ya atacarte en lo personal. Pero, como ya he dicho, creo que la mejor opción siempre es ignorarles.
"La ignorancia es la raíz de todo mal".
- Platón.
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Comentarios

  1. ¿Cómo reconocer a un genio? Todos los necios se conjuran cintra él.

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  2. ¿Y si el fanático fuera de derechas? ¿cómo se le podría atacar? Porque has dicho que en ambos lados puede haberlos.

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    Respuestas
    1. No tengo experiencia discutiendo con fanáticos de derechas, la verdad. No sabría cómo responder a esa pregunta. Saludos.

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  3. Cuando el sabio señala hacia la verdad, los necios miramos al dedo

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