TIEMPOS OSCUROS

Dicen que la Historia siempre se repite, ¡y vaya si se repite! Se repite en lo pequeño y en lo grande. Los vaqueros acampanados de los hippies de la década de 1960 se volvieron a poner de moda 30 años después. Tampoco nos gustó tener solamente una Guerra Mundial, así que repetimos una segunda vez. Y no nos bastó con sobrevivir a la Edad Media y toda su oscuridad, más bien estamos haciendo grandes esfuerzos por traerla de vuelta. Eso es porque ahora mismo estamos viviendo tiempos oscuros.

Tratad por un segundo de ver la realidad tal y como es y no penséis en lo que está considerado normal y lo que no. ¿Qué veis? Os diré lo que veo yo. Hace unos años, salió una noticia bastante polémica que decía que, en una piscina de Álava, un socorrista había impedido a un chaval bañarse con ropa de vestir. Resultó que ese chaval era transgénero y de repente toda la historia giró alrededor de ese hecho anecdótico y que no tuvo nada que ver con lo que allí pasó. Del socorrista aquel, no sé si habrá conservado su trabajo, lo dudo. Incluso la gente que lo apoyó, lo hizo con la boca pequeña. "Sí, se equivocó, pero es un buen socorrista". ¿Cómo que "se equivocó", qué me estás contando? En la piscina, tú te puedes bañar si usas ropa de baño, seas transgénero, bombero o repartidor de folletos. ¿Pero qué me estás contando? ¿Qué transfobia ni qué transfobia? Estamos aceptando y normalizando discursos que no tienen nada de normal. En la Edad Media, ejercer la curación era una actividad muy peligrosa. Mezclar hierbas naturales con un mazo y un mortero se consideraba a veces brujería y las brujas eran amantes del Diablo. Si te señalaban como bruja, te ibas a la hoguera sin juicio previo. ¡Todo recto por aquí! Supongo que de algunas brujas dirían también que "se equivocaron, pero que eran buenas curanderas". ¿Os dais cuenta del extremo nivel de chaladura que estamos viviendo en estos tiempos?

Mirad las señales. Lo que está pasando no es normal. Hace no mucho, nos enteramos de que el personaje Apu, de la veterana serie Los Simpsons, había sido censurado porque ofendía la delicada sensibilidad de algunos. Hace pocos días, nos hemos enterado de que han hecho lo mismo con la clásica película Lo que el viento se llevó. Durante el Franquismo, existía la figura del Censor, que era un tipo que revisaba cada obra de teatro, cada película, cada cartel, y hacía los ajustes necesarios para cumplir con los requisitos adecuados acordes a la moral franquista. Y ahora, en pleno 2020, hemos conocido que el Ministerio de Igualdad usado sus recursos para amedrentar a una empresa por vender pegatinas sobre princesas y piratas por consideralas sexistas. No aprendimos nada del Franquismo y toda su censura, por eso ahora lo traemos de vuelta 40 años después. La Historia siempre se repite. Y si estamos ahora en este punto, es sencillamente porque somos débiles.

"Los tiempos difíciles forjan hombres fuertes;
los hombres fuertes crean buenos tiempos;
los buenos tiempos crean hombres débiles;
los hombres débiles crean tiempos difíciles.”

- Sheik Rashid Bin Saeed Al Maktoum.

Todo nos ofende, todo sobrepasa los límites de nuestra exquisita sensibilidad. Hemos vivido demasiado cómodos durante mucho tiempo. Mientras las mujeres en Afganistán siguen siendo lapidadas continuamente, el feminismo acomodado occidental se preocupa por pegatinas o por el aire acondicionado en el entorno laboral. ¿No os dais cuenta de lo obsceno e inmoral que resulta? Los campus universitarios en muchos países del mundo ya están hablando de "crear espacios seguros". Estamos volviendo a un estado infantil, a un estado de inmadurez. Volvemos a esa época en la que no somos lo bastante fuertes para vivir en sociedad, así que recurrimos a un poder mayor que nosotros para poner orden y facilitarnos la vida. Los niños lo hacen con los padres y los millenials lo hacen con el Estado. E igual que los niños, no nos hacemos responsables de nuestros actos. ¿Qué responsabilidad ejerce un ciudadano que va a votar en la más absoluta ignorancia? Está sin duda ejerciendo su derecho, pero desde luego no está cumpliendo con su responsabilidad. La libertad exige cultura. El problema es que nos hemos vuelto tan cómodos, que hemos roto toda conexión con el pasado. La culpa de que la Historia se repita es nuestra por no tener memoria histórica, simple y llanamente.

Pero, precisamente porque la Historia se repite, debemos recordar que después de la Edad Oscura llegó El Renacimiento. Esa luz que hemos perdido volverá. No me cabe ninguna duda. Y sé que volverá de la mano de personas fuertes. Personas valientes que no se dejarán intimidar más por la Inquisición. Personas que darán un paso al frente y defenderán sus ideas contra la turba de ignorantes que apuntan contra ellos sus antorchas y sus guadañas. Personas que traerán de vuelta el conocimiento y barrerán este oscurantismo de la faz de la Tierra otra vez. Esas personas van a encontrarse con una enorme adversidad, pero jamás se rendirán. Y por ello son héroes y tienen mi total admiración. Todo aquel que desafíe a esta turba de ofendidos con síndrome de Peter Pan y vocación de inquisidor, bien merece ser admirado. Esta guerra por conseguir nuestro propio Renacimiento no se librará con fusiles ni con bombas, sino con libros y con mucho valor. Esta mujer del vídeo que os enlazo a continuación es mi nueva heroína particular.

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