MODELOS DE ESTADO: LIBERALISMO


Continuamos con la serie de Modelos de Estado, en esta ocasión para hablar del Liberalismo. Si no has leído los artículos anteriores, dejo los enlaces aquí abajo.

MODELOS DE ESTADO: SOCIALISMO
MODELOS DE ESTADO: FASCISMO

Ya expliqué en el artículo anterior que, aunque enfrentados entre sí, Socialismo y Fascismo pertenecen a la Izquierda Política y, por mucho que se odien entre sí, odian aún más el Liberalismo porque se equipara con la Derecha Política y sus visiones de la sociedad son diametralmente opuestas. Al contrario que otros Modelos de Estado, sus planteamientos no proceden de ningún manifiesto, sino que son el resultado de la evolución natural del mercado desde mediados del s. XVI.

Así como la Izquierda abraza el igualitarismo, la Derecha apuesta por la igualdad. El Liberalismo, un modelo muy parecido al Capitalismo, aunque con sutiles diferencias, no quiere que tengamos los mismos resultados en la vida, quiere que unos acaben arriba y otros, abajo. Pero quiere hacerlo desde la igualdad ante la Ley y la igualdad en el mundo empresarial. Por lo tanto, que lo que determine el progreso sea el mérito individual de cada persona.

Lo que nos lleva al segundo concepto clave: el individualismo. Esta es una palabra con muy mala fama y cuyo significado se ha ido distorsionando hasta llegar a convertirse en sinónimo de egoísmo, que hace referencia a la tendencia a sacrificar a otros en beneficio propio. Esto no es así en absoluto. El individualismo es lo que se opone al colectivismo, es ver la sociedad como un conjunto de seres únicos y diferentes. Es reconocer que los valores de cada persona no deben sacrificarse nunca en benerifio de la tribu a la que pertenece. Ello implica darse cuenta de que "la mujer" (o "el hombre", "el rico", etc.), como colectivo, no existe. Lo que existen son personas distintas entre sí por motivos biológicos y ambientales. Implica aceptar que hay personas brillantes, pero también personas mediocres. Personas buenas y personas malas. Pero, en definitiva, personas que pueden ofrecerle al mundo regalos distintos a través del libre comercio.
El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo”.
- Friedrich Nietzsche.
Está claro que, si un modelo de Estado fuera superior en todo, ningún país en sus cabales querría usar otro distinto. ¿Y por qué en el caso del Liberalismo no es oro todo lo que reluce? Ya habíamos visto en los artículos anteriores que el fallo intrínseco al Socialismo y al Fascismo es que el Estado cobra tanto protagonismo y tiene tanto poder, que lleva directamente a la pérdida de libertad y de prosperidad. El fallo intrínseco al Liberalismo consiste en que, si el Estado interviene lo más mínimo en la economía, entonces no puede haber libre mercado. Da igual que sea Endesa, Gas Natural o Movistar. Si el Estado interviene, lo que está haciendo es favorecer a una empresa y mantener a raya a la competencia. Las leyes que rigen el libre mercado establecen que, si una empresa cubre bien una serie de necesidades de los ciudadanos, prosperará. Si su producto no es lo bastante bueno o si su precio es mayor que el valor subjetivo del comprador (dos conceptos de los que hablé en este artículo: EL VALOR DE LAS COSAS), entonces el consumidor no se lo compra y su empresa se va a la quiebra. La intervención de la economía por parte del Estado rompe este equilibrio, dando lugar a los monopolios.

Las grandes fortunas guardadas bajo llave son como las aguas estancadas de los pantanos y, al igual que estas producen putrefacción, los monopolios provocan un letal deterioro de la democracia. Con el capital suficiente, no existe legislador, juez o gobernador que no puedas comprar. Puedes incluso comprar cosas que solo existen sobre el papel, pero no en el mundo real, alimentando así las probabilidades de una crisis económica devastadora. Así como el Socialismo y el Fascismo terminan en miseria y pérdida de libertad ante el poder del Estado, el Liberalismo conduce a la esclavitud ante las grandes fortunas, siempre y cuando el Estado meta sus zarpas en la economía, rompiendo así el equilibrio del libre comercio. Desgraciadamente, creo que no podemos prescindir de tener un Estado, y eso es algo en lo que me extenderé en el siguiente y último artículo de la serie. No hace falta más que un simple razonamiento para darse cuenta. Si queremos seguridad, tenemos que elaborar leyes y hacerlas cumplir. Para eso se necesita a la policía. La policía necesita uniformes y equipo para hacer su trabajo. En el momento en que el Estado nombre a una empresa para que se encargue de satisfacer esta necesidad, ya está interfiriendo en el libre mercado y favoreciendo a una empresa por encima de las demás. Incluso las medidas adoptadas por las Instituciones del Estado para garantizar la igualdad en las concurrencias competitivas está, en última instancia, regida por los propios vicios y defectos del Estado. En otras palabras: si tienes un 1% de Estado, tan solo puedes aspirar a un 99% de libertad.
"El individuo permanece completamente soberano solo bajo un régimen de total libertad.
Cada monopolio, cada privilegio,
es un ataque a su soberanía
".
- Gustave de Molinari.
Ese es exactamente el motivo por el cual la Izquierda Política insiste tanto en abolir la propiedad privada y el derecho a la herencia del patrimonio. Si no puedes adquirir propiedades ni heredarlas de tus padres, entonces no hay posibilidad de que emprendas tu camino en la vida con una ventaja que se podría considerar injusta respecto al resto de personas. Es una manera de evitar que se creen  monopolios. Y es una postura razonable, sin duda. Aunque, si me dieran a elegir, no creo que impedir que un chaval pueda heredar y poseer el viejo coche de sus padres para ir a la universidad fuera a hacer del mundo un sitio mejor. Creo que lo ideal sería darle a cada persona todas las oportunidades al alcance para que sus vidas sean lo más exitosas que sea posible.

¿Cómo puedes saber que el Liberalismo es lo tuyo? Serás del tipo de persona que respeta que los demás tengan su propio punto de vista de las cosas, incluso cuando este es erróneo. Te rodearás de personas con las que sepas que puede haber libertad de expresión, porque sin ese rasgo no se puede ser liberal. Verás en el debate una oportunidad de intercambiar información, en vez de un conflicto. Juzgarás a los demás por ser quienes son, en vez de por el grupo social al que pertenecen. Creerás en las cosas que obtienes mediante tu esfuerzo y le restarás importancia a las que obtienes si habértelas ganado. Defenderás la propiedad privada. Te gustará comprar cosas que realmente no necesitas, pero que te dan como un gustirrinín muy placentero y dedicarás el resto de tu vida al consumo más hedonista. Y serás una persona despiadada en los negocios, al darle más importancia a los aspectos productivos que a los sociales.


A grandes rasgos, he de decir que la idea de una sociedad basada en la supervivencia del más apto es un poco escalofriante, pero al mismo tiempo tengo la intuición de que acompaña bastante el rumbo que ha tomado la vida desde que no éramos sino meros seres unicelulares. Quiero decir, los seres humanos contemporáneos somos más altos que el extinto neandertal porque la altura aumenta las probabilidades de supervivencia de un individuo, al hacerlo más capaz de localizar posibles depredadores entre la maleza. Los especímenes que eran de estatura baja morían más y se reproducían menos. Y es innegable que ello nos hizo mejores. Por todo ello, es de rigor admitir que esta visión tan despiadada de la vida es lo único que puede conducirnos al progreso, puesto que el neandertal se extinguió y nosotros no. Por desgracia, al igual que el Socialismo manda que siempre sean otros los que soporten el gasto público mientras tú prosperas, el Liberalismo exige que sacrifiques el futuro de tus hijos si estos no son lo bastante competitivos. Esto no tendría que ser así si no existiera la figura del Estado pero, si no existiera, tampoco tendríamos seguridad, ni justicia, ni orden. Si existe el Estado, existirán los monopolios y estos nos conducirán frecuentemente a crisis económicas, con todos los problemas que de ellas se puedan derivar. No es un camino de rosas, precisamente.
En la civilización del capitalismo salvaje, el derecho de propiedad es más importante
que el derecho a la vida
”.
- Eduardo Galeano.
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Comentarios

  1. Muy interesante iniciativa, es cierto que estas ideologías o movimientos políticos no se estudian en los colegios o institutos, sino que apenas se habla de ellos como de pasada, sin profundizar en lo que significan y sus consecuencias.
    Después de leer los tres artículos publicados al respecto, llego a la conclusión de que posiblemente ninguno sea bueno en su totalidad, aunque me quedo con el liberalismo porque creo en el individuo, ser único e irrepetible, pero que habría que corregir en algunos aspectos (para eso entraría el Estado), sobre todo para evitar los estados de extrema necesidad.
    Es decir, no aspirar a que no haya ricos, como dicen los comunistas, sino a que no haya pobres. Para ello hay que mejorar sobre todo la educación, que es la base de una sociedad moderna de ciudadanos libres y mantener la separación de poderes como garantía de los derechos de los ciudadanos a la libertad, igualdad y toda la serie de derechos que contempla nuestra Constitución.
    Enhorabuena y un saludo,

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    1. Como ya he expresado, el ser humano está encadenado por todos sus múltiples defectos. No puede crearse ningún modelo de Estado ideal a partir de seres humanos defectuosos. Para tener un mundo mejor, es necesario que todos seamos mejores seres humanos. Muchas gracias por tu comentario y saludos.

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