CÓMO AFRONTAR LA ADVERSIDAD


Si hay algo que tenga claro, es que la vida es sufrimiento. Desde que abres los ojos por primera vez, hasta el momento de tu muerte, la vida te va a dar más de una patada en el culo. Y lo expreso así, sin tapujos ni medias tintas. Vas a sufrir, eso tenlo claro. De esta ley universal no se libra nadie: ni los ricos, ni los buenos, ni esa vecina tuerta del quinto piso que vive con 27 gatos. En este blog, he hablado en ocasiones del estoicismo, pero no he hablado de cómo llevarlo a la práctica. Si no encuentras respuestas a esa incógnita, este es un artículo para ti. Empezaré citando una famosa frase de Bruce Lee, que viene como anillo al dedo en el tema en cuestión, y procederé a enlazar varios artículos de lectura obligatoria para poder entender perfectamente lo que trato de comunicar.
"Pretender que la vida te trate bien por ser buena persona es como pretender que un tigre no te ataque por ser vegetariano".
- Bruce Lee.
INTELIGENCIA EMOCIONAL
EL CAMINO DEL ESTOICISMO

Tal vez te hayan despedido de tu trabajo, tal vez te haya dejado tu pareja. Es posible que hayan tenido que cortarte una pierna o que tu médico te haya dicho que tienes un cáncer incurable. El sufrimiento vital se presenta con muchas formas y colores, pero siempre es lo mismo. Este artículo está especialmente dedicado a que, sea cual sea tu sufrimiento, no se quede como un sufrimiento inerte, infértil, sino que te ayude a crecer como persona y evolucionar. Tenlo por seguro: no existe meta más importante en la vida que hacer frente a la adversidad.

Dicho esto, el camino del estoicismo requiere práctica, compromiso, luchar con uno mismo y con malas costumbres aprendidas. No estamos programados para abrazar el estoicismo y sublimar nuestro dolor para que nos conduzca a cotas más altas. Por el contrario, estamos programados para sentarnos a llorar en el rincón y esperar que todo pase. No es así como vas a salir adelante, pero yo te voy a explicar cómo puedes lograrlo. Avalado por numerosos estudios en materia de psicología, por cada patada que te dé la vida, vas a necesitar atravesar 5 etapas antes de poder seguir adelante. Aquí van:

1. Negación. "Esto no está ocurriendo". "Mi madre no ha muerto, aún vive dentro de mí". "Mi novio no me ha dejado, seguro que recapacita y vuelve conmigo". "Seguro que, en cuanto se den cuenta del error, me devolverán mi trabajo". ¿Te suena alguna de estas frases? ¡Ya lo creo que sí! Debes aceptar lo que te está pasando, porque está pasando, ha pasado. Todo el tiempo que permanezcas en este estado, solamente te va a proporcionar sufrimiento estéril. Ese sufrimiento no sirve de nada y puedes prolongarlo indefinidamente. ¡No lo hagas, acepta esta nueva patada en el culo que te está dando la vida, te servirá para mejorar como persona!

2. Ira. "¿Cómo es posible que me deje, si me dijo que estaríamos juntos para siempre?". "¡No hay derecho a que le den mi trabajo a ese zopenco, si no sabe ni lo que hace!". "¡Cuando me lo cruce por la calle, se va a enterar!". Todo esto también te es familiar, ¿a que sí? Pues es una etapa muy mala y muy cabrona. Puedes creer, de forma ilusa, que esa ira la estás dirigiendo contra la persona responsable de tu sufrimiento y que es una ira justa y certera. Tal vez lo sea, pero... ¿qué te aporta? ¡No te aporta nada! Esa ira, en realidad la estás dirigiendo contra ti mismo, te está robando la vida y anclándote más aún en tu dolor. Tienes que desprenderte de ella, inmediatamente. La ira jamás trae la paz. Debes entender esto perfectamente.

3. Negociación. Una vez superadas las etapas anteriores, empiezan a venir las dudas. "¿Qué hubiera pasado si no le hubiera hablado así a mi jefe?". "¿Hice bien en enfrentarme a mi padre cuando me dijo aquello que no me gustó?". "¿Y si hubiera mirado a la calle antes de cruzar, estaría ahora en esta silla de ruedas?". También te suena, seguro. Esta es la etapa de la complacencia. Ninguna de estas preguntas te llevará a alcanzar la paz interior. Lo hiciste, pasó, salió así. El tiempo es una línea de un solo sentido, y jamás va hacia atrás. Si te quedas en esta etapa, vivirás en el más absoluto estancamiento y el dolor no desaparecerá. Para que desaparezca, tienes que aceptar que el pasado, escrito está. No hay goma de borrar, no se puede deshacer. ¡Asúmelo!

4. Depresión. "¡Jamás voy a encontrar a alguien igual!". "¡Nadie me quiere, buah, buah!". "No voy a ser capaz de seguir adelante!". ¿Os suenan estas frases? Todos nosotros hemos pronunciado cada una de ellas en más de una ocasión. Si has llegado hasta aquí, es momento para sacudirte las telarañas de la cabeza y espabilar. Nadie salvo tú puede hacerlo. Céntrate en lo que te haga mejorar, lo que sea. Tienes que luchar por cada centímetro de bienestar para salir de este estado. Incluso salir a dar un paseo puede hacer que estés un 0.0001% mejor que antes. ¡Hazlo!

5. Aceptación. "Se ha ido y no volverá, he de seguir con mi vida". "Tendré que buscar otro trabajo". "Es hora de reinventarme". Esta es la última etapa de tu proceso de recuperación. Notarás que te encuentras en ella porque, por primera vez, empezarás a mirar hacia delante.


No podemos escapar del sufrimiento, estar vivo implica sufrir. Sin embargo, recordemos los principios del estoicismo: el hecho objetivo no importa, lo único importante es cómo te sientes ante ese hecho. Y eso, amigos míos, se puede trabajar, eso es lo único sobre lo que tenemos control. Nada puede cambiar el pasado. Lo que ocurrió, está ya escrito con tinta imborrable. No obstante, tenemos la capacidad de borrar el residuo emocional acerca de lo que pasó y quedarnos solamente con un recuerdo neutro. Quiero que pienses en aquella vez, en tu infancia, en el que no te compraron el juguete que querías. O aquella vez que no te llevaron a ver aquel espectáculo. Todos tenemos recuerdos así. ¿Verdad que el recuerdo no ha desaparecido, pero sí la carga emocional que lo acompañaba? La vida siempre funciona de esta manera. Depende de ti atascarte en cualquiera de estas fases, o atravesarlas con diligencia y paso firme hasta ver la luz al final del túnel.

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